Considerada por los mexicas como un símbolo de vida y muerte, la flor de cempasúchil es un elemento indispensable en la conmemoración del Día de Muertos en México, país del que es originaria.
Producida en Michoacán, desde los últimos días de octubre ya se percibe su olor que inunda los campos, mercados y plazas principales del estado; sus habitantes se preparan para utilizarla como el principal elemento de altares de muerto y decoración emblemática.
De esta colorida flor amarilla y aroma intenso, que proliferan por estas fechas en panteones, hogares, escuelas, oficinas y espacios públicos, se registran 58 especies en el continente americano; en nuestro país se estima que hay 35 de esas especies, que únicamente florecen después de la época de lluvia, según refiere el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), que destaca a los estados de México, Guanajuato, Hidalgo y Michoacán como los que tienen condiciones óptimas de suelo y clima para su producción.
En el caso de Michoacán, el cempasúchil se produce en campos de los municipios de Erongarícuaro, Pátzcuaro, Quiroga, Tzintzuntzan, Salvador Escalante, Lagunillas, Huiramba, Tarímbaro, Copándaro, Huetamo, San Lucas, Nocupétaro, Carácuaro, Turicato, Tacámbaro, Madero, Zacapu, José Sixto Verduzo, Irimbo, Áporo y Tuxpan, en una superficie total de 430 hectáreas.
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